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“Il mondo della luna” en el Teatro SHA: 1777, Odisea del espacio
En el marco de los festejos por el Centenario, la Ópera de Cámara del Teatro Colón presentó esta rareza del repertorio operístico de Franz Joseph Haydn. Por Ernesto Castagnino
 

1777, Odisea del espacio
Sábado 31 de mayo de 2008, 20.30
Teatro SHA, Sarmiento 2255

Fernando Santiago (Buonafede) y Gabriel Renaud (Ecclitico), cuadro primero del primer acto de Il mondo della luna, Ópera de Cámara del Teatro Colón, Teatro SHA, 2008

IL MONDO DELLA LUNA, ópera de Franz Joseph Haydn. Dirección musical: Susana Frangi. Puesta en escena: Jorge De Lassaletta. Escenografía: Claudio Hanczyc. Vestuario: Valentina Bari. Iluminación: Luis Pereiro. Ópera de Cámara del Teatro Colón. Elenco: Gabriel Renaud (Ecclitico), Sebastián Angulegui (Ernesto), Fernando Santiago (Buonafede), Laura Penchi (Flaminia), Rocío González (Clarice), Florencia Machado (Lisetta), Gabriel Centeno (Cecco). Ensamble instrumental de la Ópera de Cámara del Teatro Colón.

Ninguna de las treces óperas compuestas por Franz Joseph Haydn gozan de un lugar de privilegio en el repertorio lírico consagrado y sólo nos son conocidas a través de las grabaciones realizadas para Philips con dirección de Antal Dorati en la década del setenta y de algunas grabaciones recientes en ediciones críticas (1). Il mondo della luna es el séptimo título del catálogo, estrenada en Esterhaza el 3 de agosto de 1777, con un libreto de Carlo Goldoni que ya había sido puesto en música por Baldassarre Galuppi (1750), Niccolò Piccinni (1762) y Giovanni Paisiello (1774).

Si bien es cierto que Haydn no manejaba los hilos de la composición operística como sus contemporáneos Cimarosa o Paisiello, encontramos en esta obra su acostumbrado refinamiento y magistral manejo de la forma. Es evidente la influencia de la reforma gluckiana en la eliminación de toda ornamentación vocal superflua y así, las arias, de emotividad contenida, dan lugar a conjuntos en los que Haydn parece dejar de lado cierta rigidez de las formas académicas y abandonarse a la diversión de lo que ocurre en escena. Sobresale entre estos momentos, el final del primer acto, cuando Buonafede cree estar volando hacia la luna. Allí Haydn transmite

 
Publicado el 05/06/2008
     
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