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"Madama Butterfly" en el Teatro Avenida: Otra historia después del 11-S
En la propuesta de Juventus Lyrica, los aciertos en el planteo visual y orquestal no fueron acompañados por un buen nivel en lo vocal, lo que hubiera resultado en una notable producción. Por Ernesto Castagnino
 

Otra historia después del 11-S
Teatro Avenida, Av. de Mayo 1222 / Juventus Lyrica
Viernes 2 de noviembre de 2007, 20.30

Primer acto de Madama Butterfly, Juventus Lyrica, Teatro Avenida, 2007

MADAMA BUTTERFLY de Giacomo Puccini. Dirección musical: Antonio María Russo. Puesta en escena: Horacio Pigozzi. Escenografía: Juan José Cambre. Vestuario: Mini Zuccheri. Iluminación: Gonzalo Córdova. Reparto: Mónica Ferracani (Cio-Cio-San), Guadalupe Barrientos (Suzuki), Norberto Fernández (Pinkerton), Fernando Grassi (Sharpless), Cecilia Pastawski (Kate Pinkerton), Hernán Sánchez Arteaga (Goro), Mario De Salvo (Bonzo), Sebastián Russo (Yamadori). Orquesta y Coro Juventus Lyrica. Director de coro: Miguel Pesce.

Este año que finaliza resultó prolífico de Butterflies en el cono sur: tres propuestas si contamos -junto a la aquí reseñada- las producciones de los teatros Argentino de La Plata y el Municipal de Santiago de Chile. A diferencia de la puesta platense, que tuve ocasión de presenciar, esta expone una lectura diferente y menos tradicional del drama pucciniano.

La dirección escénica a cargo de Horacio Pigozzi, se propuso "limpiar" la obra de las referencias clásicas y tradicionales, con una aproximación bastante original. La idea de presentar a Pinkerton acompañado de un grupo de amigos con uniformes de marine le dio un sentido nuevo a su aria de entrada "Dovunque al mondo lo Yankee vagabondo", verdadera apología de la brutalidad y el imperialismo. En este contexto, las advertencias de Sharpless, el cónsul norteamericano, ya no sonaron tan condescendientes e indulgentes, y su brindis no tuvo nada de alegre. Pigozzi aportó así una mirada diferente a la habitual, quitándole al personaje de Pinkerton todo rastro de ingenuidad y dejando al descubierto su prepotencia y sus ansias de dominio. Tan irracionales como los discursos de Bush, justificando su barbarie posterior al 11 de septiembre de 2001, sonaron las palabras de su primer aria: "La vita ei non apaga se non fa suo tesor i fiori d'ogni plaga..." (No está satisfecho si no se apropia de las flores de cada lugar...).

La escenografía de Juan José Cambre, con un planteo visual minimalista, despojó el drama de los elementos habituales, pintando a grandes trazos un ambiente oriental. Un marco doble unido por bisagras evocaba la casa y también el cuadro del entomólogo donde se coleccionan las mariposas, en palabras de la propia Cio-Cio- San: "Dicon che oltre mare se cade in man dell'uom, ogni farfalla da uno spillo è trafitta ed in tavole infitta!" (Dicen que al otro lado del mar, si cae en manos de un hombre, la mariposa es atravesada con un alfiler ¡y la clavan a una tabla!). Su propuesta puso de relieve el universo emocional de Puccini, y de la misma manera que la música va pintando colores, así Cambre -con la impecable iluminación de Gonzalo Córdova- fue pintando sobre un panel blanco los colores y las intensidades lumínicas que creaban un ambiente de interesante correspondencia sonoro-visual.

Mónica Ferracani (Cio-Cio-San) y Norberto Fernandez (Pinkerton) en el dúo del final del primer acto de Madama Butterfly, Juventus Lyrica, Teatro Avenida, 2007

El vestuario, a cargo de Mini Zuccheri, se planteó también a partir de una línea oriental estilizada en contraste con los definidos uniformes militares, una pena que a la soprano no se la viera demasiado cómoda llevando amplios mantos de tela con los que luchaba más de la cuenta. Las marcaciones de Pigozzi fueron correctas pero no resultaron convincentes en el tenor y la soprano protagonistas, que parecían no sentir lo que decían. Esta falencia interpretativa se hizo más notoria porque frente a la austeridad escenográfica, el sentimiento debería haber "llenado" un espacio que resultó algo frío y distante.

El rol de Cio-Cio-San es de los más exigentes ya que debe estar en escena toda la obra y transmitir la evolución de un personaje que recorre una enorme gama de facetas, emociones y estados de ánimo (amor, ingenuidad, esperanza, desengaño, impotencia, renuncia, autosacrificio, etc.). La aproximación de Mónica Ferracani fue algo indiferente a todos estos matices, ya que no encontró o no posee los colores necesarios y el sonido redondeado y cálido para el rol de la delicada geisha. Unos agudos demasiado estridentes y un vibrato exagerado resultaron poco adecuados para un rol que requiere de una soprano lírica de línea vocal italiana y fácil ascenso al agudo.

El tenor Norberto Fernández, como Pinkerton, tuvo una actuación vocalmente desigual, con una tendencia a sonidos abiertos que empañaron el dúo del primer acto. El cónsul Sharpless tuvo en Fernando Grassi un intérprete correcto acentuando de entrada sus diferencias con Pinkerton. Lo mejor de la noche lo encontramos en tres roles secundarios: la tierna y conmovedora Suzuki de Guadalupe Barrientos que demostró un buen desempeño a pesar del inseguro ataque de algunas notas que seguramente irá corrigiendo dada su joven edad, el estupendo Goro de Hernán Sánchez Arteaga, que logró transmitir la desagradable ambición y servilismo del casamentero, y el tío Bonzo, a cargo del bajo Mario De Salvo, que en su breve aparición lució una atractiva vocalidad.

Mónica Ferracani (Cio-Cio-San) en el final de Madama Butterfly,
Juventus Lyrica, Teatro Avenida, 2007

La orquesta de Juventus Lyrica tuvo un buen desempeño bajo la dirección algo enfática de Antonio María Russo, brindando una versión ajustada de una partitura plena de detalles y colorido exotismo. El duo de amor del primer acto, sin embargo, no alcanzó la apasionada intensidad y el lirismo esperados. El coro tuvo su mejor momento en la escena del casamiento, pero Miguel Pesce no obtuvo el sonido homogéneo que se espera en el coro a bocca chiusa del segundo acto.

Asistimos, en resumen, a una puesta visualmente original, que resignificó tópicos coloniales de principios de siglo en el contexto de la realidad contemporánea, pero que resultó algo fría al no encontrar en la pareja protagonista la entrega y los colores vocales necesarios para este drama japonés alla italiana.

Ernesto Castagnino
ecastagnino@tiempodemusica.com.ar
Noviembre 2007

Imágenes gentileza Juventus Lyrica / Fotografías de Liliana Morsia

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Publicado el 08/11/2007
     
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