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"Madama Butterfly" en el Teatro Municipal de Santiago de Chile: Mariposa preciosista
En su Temporada del 150º Aniversario, el Municipal repuso esta conmovedora ópera de Giacomo Puccini en una excelente puesta en escena, con el protagonismo de la soprano Hui He y la dirección musical de Roberto Rizzi-Brignoli. Por Cristóbal Astorga Sepúlveda
 

Mariposa preciosista
Teatro Municipal de Santiago de Chile
Lunes 24 de septiembre de 2007

Miroslav Dvorský (B. F. Pinkerton) y Alesh Jenis (Sharpless) en el primer acto de Madama Buttefly, Teatro Municipal, Santiago de Chile, 2007

MADAMA BUTTERFLY de Giacomo Puccini. Dirección musical: Roberto Rizzi-Brignoli. Reparto: Hui He (Cio-Cio-San), Enkelejda Shkosa (Suzuki), Carmen Sánchez (Kate Pinkerton), Miroslav Dvorský (B. F. Pinkerton), Alesh Jenis (Sharpless), Ricardo Iturra (Goro), Pablo Oyanedel (el tío bonzo), Javier Arrey (el príncipe Yamadori). Orquesta Filarmónica de Santiago. Coro del Teatro Municipal, director: Jorge Klastornick. Director de escena: Keita Asari. Escenografía: Ichiro Takada. Vestuario: Hanae Mori. Iluminación: Sumio Yoshii.

Madama Butterfly es una ópera atractiva para el público. ¿Quién no conoce la triste historia de la geisha, timada por un estadounidense, y cuya única salida ante la deshonra es el suicidio? La trama posee atractivo, y la música de Puccini nunca sonó, ni volverá a sonar, tan conmovedora como en esta ópera. Celebrando el sesquicentenario del Teatro Municipal, se repuso la tan aclamada producción de Keita Asari. Y con razón, nuevamente fue un triunfo.

La puesta en escena de Asari y su equipo es, en todos los aspectos, irreprochable. Desde los detalles más mínimos en la distribución de los invitados en la ceremonia del acto primero, al traslado de la casa completa, pasando por la jerarquización de las pelucas y peinados, la cuidada iluminación, y el final que estremece, nada falta ni sobra en una puesta que, cuando se presentó por primera vez en 2001, llamó la atención por el alto nivel de profesionalismo con que fue ejecutada. Todos los elementos volvieron a estar en su lugar, casi como si se tratara de un número adicional de funciones para aquella temporada. Una lástima, eso sí, que no se haya hecho nada por hacer más notorio el rickshaw que trae a Yamadori, oculto para al menos la mitad del Teatro dada la angostura de la boca del escenario; ese detalle fue invisible hace seis años, y lo siguió siendo esta vez.

Hui He (Cio-Cio-San) en el primer acto de Madama Buttefly,
Teatro Municipal, Santiago de Chile, 2007

Hui He en el rol titular fue de menos a más. Quizá no favorecida del todo por una entrada que pudo haber sonado más lenta, o delicada, o ambas, He sonó pesada en el primer acto, en particular en momentos que uno esperaría más de la inocencia infantil que tanto caracteriza a la protagonista, por ejemplo en su réplica al coro después que es llamada "Madama Butterfly", o en la enumeración de sus escasos ítemes personales. Sin embargo, se mostró conmovedora en el acto segundo, con un correcto "Un bel dì vedremo" y un muy logrado final. Falta eso sí más de espontaneidad en un rol que debiera fluir naturalmente, sin que afloren con tanta evidencia los ensayos.

El 2007 parece haber sido el año de las mezzosopranos: Luciana D'Intino, María Isabel Vera, Victoria Livengood, Petra Lang y, ahora, Enkelejda Shkosa. Ya la habíamos escuchado algunos años atrás en Così fan tutte, y fue ahora una encantadora Suzuki. La voz sigue tan redonda, cálida y segura en los graves como antes; a pesar que Suzuki es un papel discreto, ella lo hizo brillar con mérito propio. Miroslav Dvorský tuvo el siempre ingrato rol de Pinkerton, que sirvió con solvencia. Algo inseguro en sus entradas, fue también errático en los agudos; es comprensible que no haya querido derrocharlos en su brindis con Sharpless del primer acto, pero su "Addio, fiorito asil" sonó plano, y ciertamente era el único momento de la pieza que podría haberlo redimido. Pinkerton no es recompensante para el tenor, y eso se notó en la tibia recepción de la audiencia; si bien Dvorský tiene una voz atractiva, ella no es lo suficientemente cautivadora en un rol que seduce más impulsiva que reflexivamente al público.

Miroslav Dvorský (B. F. Pinkerton) y Hui He (Cio-Cio-San) en el primer acto de Madama Buttefly, Teatro Municipal, Santiago de Chile, 2007

Alesh Jenis es un barítono joven con un instrumento delicado que utiliza con cuentagotas; este Sharpless despertó empatía en el público, y muchos de los movimientos de Jenis sacaban hasta risas, pero no es fácil saber si se debía a un efecto premeditado o a mera casualidad. Uno esperaría un poco menos de ligereza en un rol que viene a equilibrar la irresponsabilidad de Pinkerton y la credulidad de Butterfly. El extenso grupo de comprimarios estuvo correcto, destacándose el Goro de Ricardo Iturra, todo sarcasmo y pesimismo. Algo sobreactuado el tío bonzo de Pablo Oyanedel, y carente de nobleza el Yamadori de Javier Arrey.

El maestro Rizzi-Brignoli ejecutó con la suficiente claridad una partitura compleja, pero llaman la atención la elección algo antojadiza de algunos tiempos: más rapidez de lo habitual en la entrada de Butterfly, excesivo letargo en el brindis de la ceremonia matrimonial. La Filarmónica sonó clara, y el Coro, en su breve rol, mostró su acostumbrada precisión. Nada complotó en esta Butterfly, y solo hay que lamentarse que Cristina Gallardo-Domâs, como estaba originalmente planificado, no haya asumido el rol titular. Habrá que cruzar los dedos para alguna próxima temporada.

Cristóbal Astorga Sepúlveda
kastorgas@tiempodemusica.com.ar
Santiago de Chile, octubre de 2007

Imágenes gentileza Prensa Teatro Municipal de Santiago de Chile / Fotografías de Juan Millán T.

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Publicado el 21/10/2007
     
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